María Dolores —o Loli, como todos la llaman con cariño— es una mujer con los pies en la tierra y el alma al servicio. Su camino en las constelaciones familiares comenzó hace más de 10 años, y desde entonces no ha dejado de acompañar procesos individuales, grupales y formativos con una presencia amorosa y firme que la caracteriza.
Se ha formado en el reconocido Institut Gestalt de Barcelona, así como en la Academia Nadaji, y ha nutrido su práctica con grandes maestros como Joan Garriga, Joan Corbalan, Jordi Amenós, Mireia Darder y Stephan Hausner, entre otros.
Ha facilitado talleres y participado en formaciones en Barcelona, Calella, Pineda de Mar y Molins de Rei, siempre con la misma entrega: ver al otro como un ser humano completo, incluso en medio de su dolor, y acompañarlo con respeto en su camino.
Pero lo que realmente la diferencia es su forma única y viva de trabajar con muñecos. Para Loli, los muñecos no son objetos: son aliados. Parte de su vida, de su escucha y de su forma de leer el campo. Se conecta con ellos de manera amorosa, intuitiva y profunda, y desde ahí recibe información que guía cada constelación con precisión y verdad.
Su estilo es claro, directo, con una gran dosis de compasión y un toque de humor que suaviza lo profundo. Sus palabras tranquilizan. Su mirada no juzga. Su presencia hace que todo se sienta como “estar en casa”.
Quienes la conocen dicen que escucha de verdad, que sabe decir lo que hay que decir, y que en su compañía uno siempre puede ser uno mismo.
Como ella misma dice:
“Estoy al servicio de algo mucho más grande.”
Y eso se nota en cada sesión, en cada gesto y en cada palabra que comparte.
